Donde las flores más bellas han florecido.
Pero las heladas han marcado mi suelo,
y mis pétalos, otrora vivos,
han sido deshecho.
Cada vez que abro mi corazón,
un nuevo dolor,
una herida que sangra,
una lágrima que
fluye.
Siempre el equivocado,
un espejismo de amor,
Que me deja vacía,
con el alma destruida.
Mis muros se alzan,
fuertes y recios,
un escudo que protege
mi frágil interior.
Pero aún queda una luz,
en lo más profundo,
una esperanza tenue,
que me hace seguir.
Sé que algún día,
sanarán mis heridas,
Y floreceré nuevamente,
más fuerte y bella.
Hasta entonces...
seguiré cuidando de mi alma,
esperando alguien
con quien mi alma vuele.
Luna