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MUSICA

lunes, 9 de mayo de 2011

Las estrellas de mar -Cuento sufí


Había una vez un escritor que vivía a orillas del mar; una enorme playa virgen donde tenía una casita donde pasaba temporadas escribiendo y buscando inspiración para su libro. Era un hombre inteligente y culto y con sensibilidad acerca de las cosas importantes de la vida.
Una mañana mientras paseaba a orillas del océano vio a lo lejos una figura que se movía de manera extraña como si estuviera bailando. Al acercarse vio que era un muchacho que se dedicaba a coger estrellas de mar de la orilla y lanzarlas otra vez al mar.
El hombre le preguntó al joven que estaba haciendo. Este le contestó:
- “Recojo las estrellas de mar que han quedado varadas y las devuelvo al mar; la marea ha bajado demasiado y muchas morirán”.
Dijo entonces el escritor:
-” Pero esto que haces no tiene sentido, primero es su destino, morirán y serán alimento para otros animales y además hay miles de estrellas en esta playa, nunca tendrás tiempo de salvarlas a todas”.
El joven miró fijamente al escritor, cogió una estrella de mar de la arena, la lanzó con fuerza por encima de las olas y exclamó ” para ésta… sí tiene sentido”.
El escritor se marchó un tanto desconcertado, no podía explicarse una conducta así. Esa tarde no tuvo inspiración para escribir y en la noche no durmió bien, soñaba con el joven y las estrellas de mar por encima de las olas.
A la mañana siguiente corrió a la playa, buscó al joven y le ayudó a salvar estrellas…

miércoles, 13 de abril de 2011

GENERAR FELICIDAD (Desconozco el autor)


Generar felicidad

Aprende a sentarte en calma y reunirte contigo mismo con 
tranquilidad. La paz vendrá y se sentará a tu lado.

Vive con sencillez. Eso significa sólo tomar lo que necesitas 
de la tierra y de la vida. La recompensa es la abundancia.

Permanece liviano. Aplica un punto final a las preocupaciones 
en un instante. Cuando decides vivir con liviandad en tus 
pensamientos y acciones, los demás te ven brillar.

Vive ahora. Disfruta de vivir el momento presente, olvida 
la negatividad, el desperdicio y los arrepentimientos del 
pasado. La positividad es el primer paso hacia la paz.

Da generosamente, de todo lo que tienes. Compartir tus 
regalos con los demás, sin contar su coste, garantiza que 
recibirás incluso más.

Practica la compasión. Encuentra el perdón. Primero para 
ti mismo. Después aprende que el perdón derrama 
bendiciones en todas las direcciones. Al perdonar a los 
demás, somos perdonados y sanados.

Agradece. Sé agradecido por todo lo que has recibido. 
La gratitud le da valor a todo lo que posees y aumenta 
tu alegría.

Sé amigo del silencio. Dirige tus pensamientos hacia tu 
interior, hacia tu esencia más profunda. El silencio invita 
a Dios a tu corazón y mente.

Sirve a los demás. Disfruta con servir. Pensar y actuar 
sólo para nosotros trae una recompensa hueca; servir 
a los demás crea un profundo pozo de satisfacción.

Practica la paz. La paz es la cualidad original del ser. 
En su forma más pura, la paz es silencio interior. 
Consiste en pensamientos positivos, sentimientos puros 
y buenos deseos. Para tener paz necesitas paciencia. 
Cuando eres pacífico, creas una atmósfera de paz. 
La paz en el mundo sólo se puede conseguir cuando 
haya paz en la mente de cada ser humano.

Hay felicidad cuando se usa cada momento de una 
manera valiosa. La felicidad es la nutrición que más 
fortalece. Con felicidad, haces fácil lo difícil, y liviano 
lo que es pesado. Permanecer feliz y compartir felicidad 
con los demás es un gran acto de caridad. Cuando 
eres feliz, entonces no importa lo que suceda, nunca 
sueltes tu felicidad.

miércoles, 2 de febrero de 2011

TODO PASA

Todo pasa...

Hubo una vez un rey que llamó a los sabios de la corte para darles un encargo:
 - Me estoy fabricando un precioso anillo de oro con un gran diamante.
Abajo del diamante, quiero guardar algún mensaje que me ayudará a mí y a todo hombre en los momentos difíciles de la vida.
Obviamente, tiene que ser un mensaje pequeño para que quepa en el anillo. Todos esos sabios eran grandes eruditos.
Podrían haber escrito grandes tratados sobre cualquier tema. Así que pusieron sus mentes a trabajar.
Durante un año, pensaban y debatían. Buscaban en todos sus libros. Consultaron a otros sabios en países lejanos.
Pero no podían encontrar nada. Y tuvieron que reportar su falla al rey.
Cuando reportaban esto, estaba presente un anciano sirviente de la familia real, conocido por su devoción al misticismo.
Éste intervino diciendo: - Oh, Majestad, No tengo estudios, no soy un erudito, ni un académico. Pero creo tener lo que le servirá.
Y el anciano místico escribió algo en un diminuto papel, lo dobló y se lo dio al rey, diciendo: - Pero no lo leas ahora. Mantenlo escondido en el anillo. Ábrelo sólo cuando todo lo demás haya fracasado, cuando no encuentres salida a la situación.
Ese momento no tardó en llegar. El país fue invadido y el rey perdió el reino. Estaba huyendo en su caballo para salvar la vida y sus enemigos lo perseguían.
Eran pocos sus seguidores y los perseguidores eran numerosos.
Se sentía desesperado y al punto de rendirse. De repente, se acordó del anillo. Sacó el papel y allí encontró su pequeño mensaje, lo que decía simplemente: "Esto también pasará"
Aquellas palabras le resultaron milagrosas. Le inspiraron nueva fe y coraje. Redobló sus esfuerzos y escapó.
Al fin de un año, logró reunir a sus ejércitos y reconquistó el reino. Y el día que entraba de nuevo victorioso en la capital, hubo una gran celebración en el palacio con música, bailes, comida, etc. El Rey presidía las festividades desde su trono, sintiéndose muy orgulloso de sí mismo.
El anciano místico se acercó y le dijo: - Este momento también es adecuado: vuelve a mirar el mensaje.
- ¿Qué quieres decir? -preguntó el rey-. Ahora estoy victorioso; la gente celebra mi regreso; no estoy desesperado; no me encuentro en una situación sin salida.
El anciano respondió: - Ese mensaje no es sólo para situaciones desesperadas; también es para situaciones placenteras. No es sólo para cuando estás derrotado; también es para cuando te sientes victorioso.
El rey abrió el anillo y leyó el mensaje: "Esto también pasará" El anciano le dijo:
- TODO PASA. Ninguna cosa y ninguna emoción son permanentes. Todo viene y va como el día y la noche. Habrá momentos de alegría y momentos de tristeza. Acéptalos como parte de la dualidad de la vida; es la naturaleza misma de la existencia...

Todo pasa... Todo cambia... Eso es Evolución...